Momentos clave de la historia [1]

“Y en lugar de una incineración, ¿qué le parecería un pequeño mausoleo?” Imhotep al faraón Neteryjet, siglo XXVII a.C.

Bodegones

Con el objetivo de convertirme en líder mundial de opinión y movilizar alocadas masas de personas en defensa de mis ideales, de vez en cuando iré probando suerte con temas conflictivos, a ver si algún día pincho hueso. Hoy, los bodegones.

Nunca me han gustado los bodegones. Probablemente el culpable sea este espeluznante ejemplar, de origen desconocido, que siempre vi en la casa del pueblo y que actualmente puedo contemplar mientras escribo desde mi sótano.

¿Quién fue el primero que al entrar a la cocina y ver un conejo muerto, una ristra de morcillas y un botijo pensó que aquello tenía que ser plasmado para la posteridad? ¡Vete fuera y pinta flores, hombre! ¿Que hace frío? ¡Pues te quedas en casa y te pintas las uñas, pero déjanos vivir!

Convocatoria: el domingo que viene a media tarde, en la Plaza Mayor, manifestación en contra de los bodegones. Imprescindible acudir en pelotas o disfrazado de persona desnuda. *

* Manifestarse en pelotas asegura repercusión en las noticias de Telecinco.

Nos vigilan

No tenía previsto escribir nada hoy, pero cuando he entrado a ver el aspecto de mi nuevo y reluciente blog, me he encontrado que los anuncios que Google cree que se adaptan a mis contenidos son estos:

Me he quedado de pasta boniato. ¡Maldita sea! ¡Qué listo es Google!

Una necesidad

¡¡¡Socorrooooo!!!


Inicio este blog a modo de terapia de choque contra la soledad a la que me veo sometido desde que me encerré en el sótano de mis padres para desarrollar mi Proyecto Final de Carrera. Para que os hagáis una idea de la degradación que he sufrido en los últimos meses, podéis realizar el siguiente ejercicio:


· Observad la lozana y juvenil imagen de la cabecera del blog. Se corresponde a mi persona previamente al inicio de mi PFC, pero bien podría tratarse del primo guapo de Brad Pitt o del último fichaje del Real Madrid.


· Observad a continuación la siguiente imagen de mí mismo tras varios meses de encierro:

Nótese el aumento de dioptrías debido al esfuerzo visual continuado frente al ordenador.

La degeneración a la que me ha llevado la falta de un interlocutor al que contar mis ocurrencias me obliga a tomar medidas al respecto. Me hallo, pues, ante las siguientes opciones:

· Contarle a mi novia (Hola Elena, tengo un blog) todas las idioteces que se me ocurran. Se trata de una terapia efectiva a nivel individual, pero se desaconseja utilizarla con gente con la que convivas o pretendas hacerlo, ya que puedes causarles trastornos psíquicos irreversibles.

· Acudir a un prestigioso cirujano plástico, o bien al de la Duquesa de Alba. La solución ideal para recuperar mi maltrecha virilidad, salvo que si gasto mi dinero en ello, tendré que pedir un préstamo para acabar el PFC.

· Abrirme un blog (que es gratis), desahogarme escribiendo todas mis tonterías y esperar que Doña Cayetana (o sus abogados) no lo lean.

Así pues, asumiendo un gran riesgo, opto por la tercera opción. Dada la naturaleza del blog y su carácter terapéutico, no espero tener un montón de visitas (aunque probablemente en mis ratos muertos me dedique a actualizar página como un obseso para luego fardar de visitas con mis amigos). Pero sí espero escribir con cierta frecuencia, siempre que el PFC me lo permita, para tratar de arrancar alguna sonrisa a algún desesperado que, en un arrebato, cometa la locura de visitar mi sótano.